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Cáncer de Colon y Recto

Foto del escritor: Grupo Oncológico HopeGrupo Oncológico Hope

Por el Instituto Nacional del Cáncer de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU


El colon y el recto

El colon y el recto son partes del aparato digestivo. Forman un tubo largo, muscular, llamado intestino grueso. El colon son los primeros 4 ó 5 pies del intestino grueso, y el recto son las últimas pulgadas. Los alimentos digeridos parcialmente entran en el colon procediendo del intestino delgado. El colon extrae agua y nutrientes de los alimentos y convierte el resto en desechos (materia fecal). Los desechos pasan del colon al recto y luego al exterior del cuerpo por el ano.

El cáncer colorrectal Cuando el cáncer colorrectal se disemina fuera del colon o del recto, las células cancerosas se encuentran con frecuencia en los ganglios linfáticos cercanos. Si las células cancerosas han llegado a estos ganglios, es posible que se hayan extendido también a otros ganglios linfáticos o a otros órganos. Las células cancerosas de colon y de recto se diseminan con más frecuencia al hígado. Cuando el cáncer se disemina (metastatiza) desde su sitio original a otra parte del cuerpo, el tumor nuevo tiene la misma clase de células anormales y el mismo nombre que el tumor original. Por ejemplo, si el cáncer colorrectal se disemina al hígado, las células cancerosas en el hígado en realidad son células cancerosas de colon o de recto. La enfermedad es cáncer metastático colorrectal, no cáncer de hígado. Por esta razón, el tratamiento que se administra es para cáncer colorrectal y no para cáncer de hígado. Los médicos llaman al tumor nuevo enfermedad "distante" o metastática. Factores de riesgo No se conocen las causas exactas del cáncer colorrectal. Los médicos rara vez pueden explicar por qué el cáncer colorrectal se presenta en una persona, pero no en otra. Sin embargo, es claro que el cáncer colorrectal no es contagioso. A nadie se le puede "pegar" esta enfermedad de otra persona. La investigación ha demostrado que personas con ciertos factores de riesgo tienen más probabilidad que otras de padecer cáncer colorrectal. Un factor de riesgo es algo que puede aumentar la posibilidad de que una enfermedad se presente. Los estudios han encontrado los siguientes factores de riesgo de cáncer colorrectal: • Edad mayor de 50 años: El cáncer colorrectal es más probable que ocurra al envejecer las personas. Más del 90 por ciento de las personas con esta enfermedad fueron diagnosticadas después de los 50 años de edad. La edad promedio al momento del diagnóstico es de 72 años. • Pólipos colorrectales: Los pólipos son tumores en la pared interior del colon o del recto. Son comunes en personas de más de 50 años de edad. La mayoría de los pólipos son benignos (no cancerosos), pero algunos pólipos (adenomas) pueden hacerse cancerosos. Al encontrar y extirpar los pólipos, puede reducirse el riesgo de cáncer colorrectal. • Antecedentes familiares de cáncer colorrectal: Familiares cercanos (padres, hermanos, hermanas o hijos) de una persona con antecedentes de cáncer colorrectal tienen en cierta manera mayor probabilidad de presentar esta enfermedad ellos mismos, especialmente si el familiar tuvo el cáncer a una edad joven. Si muchos familiares cercanos tienen antecedentes de cáncer colorrectal, el riesgo es aún mayor. • Alteraciones genéticas: Los cambios en ciertos genes aumentan el riesgo de cáncer colorrectal. • El cáncer de colon hereditario no polipósico (HNPCC) es el tipo más común de cáncer colorrectal heredado (genético). Comprende cerca del 2 por ciento de todos los casos de cáncer colorrectal. Es causado por cambios en un gen HNPCC. La mayoría de las personas con un gen HNPCC alterado presentan cáncer de colon, y la edad promedio que tienen cuando son diagnosticadas con cáncer de colon es de 44 años. • La poliposis adenomatosa familiar (FAP) es una enfermedad rara, hereditaria, en la que se forman cientos de pólipos en el colon y recto. Es causada por cambios en un gen específico llamado APC. Al menos que se trate la poliposis adenomatosa familiar, generalmente termina en cáncer colorrectal a los 40 años de edad. La poliposis adenomatosa familiar comprende menos del 1 por ciento de todos los casos de cáncer colorrectal. Los familiares de personas que presentan cáncer colorrectal hereditario no polipósico o poliposis adenomatosa familiar pueden hacerse pruebas genéticas para buscar mutaciones genéticas específicas. Los médicos pueden sugerir formas para tratar de reducir el riesgo de cáncer colorrectal o mejorar la detección de esta enfermedad en quienes tienen cambios en sus genes. Para adultos con poliposis adenomatosa familiar, el médico puede recomendar una operación para extirpar todo el colon y el recto o sólo una parte. • Antecedentes personales de cáncer: La persona que ya ha tenido cáncer colorrectal en el pasado puede presentar cáncer colorrectal una segunda vez.También, las mujeres con antecedentes de cáncer de ovarios, de útero (endometrio), o de seno tienen, en cierto modo, un riesgo mayor de padecer cáncer colorrectal. Colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn: La persona que ha tenido alguna enfermedad que causa la inflamación del colon (como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn) por muchos años tiene un riesgo mayor de presentar cáncer colorrectal. • Dieta: Los estudios sugieren que las dietas ricas en grasa (especialmente la grasa animal) y pobres en calcio, folato y fibra pueden aumentar el riesgo de cáncer colorrectal. También, algunos estudios sugieren que las personas que consumen una dieta muy pobre en frutas y verduras pueden tener un riesgo mayor de cáncer colorrectal. Sin embargo, los resultados de estudios sobre dieta no siempre están de acuerdo, y se necesita más investigación para entender mejor en qué forma la dieta afecta el riesgo de cáncer colorrectal. • Fumar cigarrillos: La persona que fuma cigarrillos puede tener un riesgo mayor de presentar pólipos y cáncer colorrectal. Puesto que las personas que tienen cáncer colorrectal pueden padecer esta enfermedad una segunda vez, es importante hacerse pruebas de seguimiento. Si usted tiene cáncer colorrectal, es probable que también tenga preocupación de que los miembros de su familia puedan padecer la enfermedad. Las personas que piensan que pueden tener el riesgo deberán hablar de esta preocupación con su médico. El médico puede sugerir formas de reducir el riesgo y planear un programa adecuado de pruebas. Exámenes selectivos de detección Los exámenes selectivos de detección de cáncer, es decir, exámenes médicos que se eligen de acuerdo a su situación personal (sexo, edad, salud, preferencias, etc.) ayudan a su médico a encontrar pólipos o cáncer antes que usted tenga síntomas. Al encontrar y extirpar los pólipos puede prevenirse el cáncer colorrectal. También, es más probable que el tratamiento para cáncer colorrectal sea efectivo cuando la enfermedad se encuentra temprano. Para encontrar pólipos o cáncer colorrectal cuando empieza: • Las personas de 50 años o más deberán hacerse exámenes selectivos de detección. • Quienes tienen un riesgo mayor que el promedio de cáncer colorrectal deberán preguntar a su médico si deben hacerse exámenes de detección antes de los 50 años, el tipo de exámenes, los beneficios y riesgos de cada examen y la frecuencia con la que deberán hacer citas para los exámenes. Los exámenes selectivos de detección que se encuentran a continuación se usan para detectar pólipos, cáncer u otras áreas anormales. Su médico puede explicar cada prueba con más detalle. • Análisis de sangre oculta en heces (FOBT, siglas en inglés): Algunas veces las lesiones cancerosas, o los pólipos, sangran, y este análisis puede detectar pequeñas cantidades de sangre en la materia fecal. Si esta prueba detecta sangre, es necesario hacer otras pruebas para encontrar el origen de la sangre. Dolencias benignas (tales como las hemorroides) también pueden provocar sangre en sus heces. • Sigmoidoscopia: Su médico le examina dentro del recto y del colon inferior (sigmoideo) con un tubo luminoso llamado sigmoidoscopio. Si se encuentran pólipos, su médico los extirpa. El procedimiento para extirpar pólipos se llama polipectomía. • Colonoscopia: Su médico le examina dentro del recto y todo el colon usando un tubo luminoso, largo, llamado colonoscopio. Su médico extirpa los pólipos que pueda encontrar. • Enema de bario con doble contraste: Usted bebe una solución de bario y se le bombea aire dentro del recto. Se toman varias imágenes de rayos X de su colon y recto. El bario y el aire ayudan a que el colon y el recto se destaquen en las imágenes. Es posible que los pólipos o tumores se destaquen también. • Examen rectal digital: Un examen rectal forma parte con frecuencia de un examen físico de rutina. Su médico le inserta un dedo enguantado y lubricado en su recto para buscar áreas anormales con el tacto. Síntomas Un síntoma común de cáncer colorrectal es un cambio en las rutinas del intestino. Otros síntomas son: • Tener diarrea o estreñimiento. • Sentir que su intestino no se vacía por completo. • Encontrar sangre (ya sea de color rojo brillante o muy oscuro) en la materia fecal. • Deposición más delgada que de costumbre. • Dolores frecuentes por gas o cólicos, o tener la sensación de saciedad o hinchazón del vientre. • Pérdida de peso sin razón conocida. • Cansancio constante. • Náuseas y vómitos. Por lo general, estos síntomas no se deben a cáncer. Otros problemas de salud pueden causar los mismos síntomas. Cualquier persona que tenga estos síntomas deberá ver al médico para que cualquier problema sea diagnosticado y tratado tan pronto como sea posible. El cáncer en su etapa inicial por lo general no causa dolor. Es importante no esperar a sentir dolor para ver al doctor. Tratamiento: Cirugía La cirugía es el tratamiento más común para cáncer colorrectal. • Colonoscopia: Un pólipo maligno pequeño puede ser extirpado de su colon o recto superior con un colonoscopio. Algunos tumores pequeños en el recto inferior pueden ser extirpados por su ano sin un colonoscopio. • Laparoscopia: El cáncer de colon que apenas empieza puede extirparse con la ayuda de un tubo delgado luminoso (laparoscopio). Tres o cuatro cortes pequeños se hacen en su abdomen. El cirujano ve dentro de su abdomen con el laparoscopio. El tumor y parte del colon sano son extirpados. Los ganglios linfáticos cercanos pueden también extirparse. El cirujano revisa el resto de su intestino y su hígado para asegurarse de que no se haya diseminado el cáncer. • Cirugía abierta: El cirujano hace una herida grande en su abdomen para extirpar el tumor y parte del colon o recto sanos. Algunos ganglios linfáticos cercanos también son extirpados. El cirujano revisa el resto de su intestino y su hígado para ver si el cáncer se ha diseminado. Cuando se extirpa una parte de su colon o recto, el cirujano puede ordinariamente volver a conectar las partes sanas. Sin embargo, algunas veces no es posible volver a conectar las partes. En este caso, el cirujano crea un camino nuevo para que la materia fecal salga de su cuerpo. El cirujano hace una abertura (un estoma) en la pared del abdomen, conecta el extremosuperior del intestino al estoma y cierra el otro extremo. La operación para crear el estoma se llama colostomía. Una bolsa plana se ajusta sobre el estoma para recolectar la materia fecal, y un adhesivo especial la mantiene en su lugar. Para la mayoría de las personas, el estoma es temporal. Es necesario sólo mientras sana el colon o el recto de la cirugía. Cuando ya ha sanado, el cirujano vuelve a conectar las partes del intestino y cierra el estoma. Algunas personas, especialmente quienes tienen un tumor en la parte inferior del recto, necesitan un estoma permanente. Las personas que tienen una colostomía pueden tener irritación de la piel alrededor del estoma. Su médico, su enfermera, o un terapeuta enterostomal pueden enseñarle cómo limpiar el área y prevenir la irritación y la infección. La sección sobre Rehabilitación tiene más información para aprender a cuidar el estoma. El tiempo que toma en recuperarse después de la cirugía es diferente para cada persona. Usted puede sentir incomodidad los primeros días. Las medicinas pueden ayudarle a controlar el dolor. Antes de la cirugía, usted deberá consultar el plan para controlar el dolor con su médico o enfermera. Después de la cirugía, su médico puede hacer ajustes a ese plan si usted necesita más alivio. Es común sentir cansancio o debilidad por un tiempo. También, la cirugía algunas veces causa estreñimiento o diarrea. Su equipo de atención médica le vigilará por signos de sangrado, infección u otros problemas que requieran atención inmediata. Tratamiento para cáncer de colon La mayoría de los pacientes con cáncer de colon son tratados con cirugía. Algunas personas tienen tanto cirugía como quimioterapia. Algunas personas con un estadio o etapa avanzada de la enfermedad reciben terapia biológica. En algunas ocasiones es necesaria una colostomía para pacientes con cáncer de colon. Aunque la radioterapia casi no se usa para tratar el cáncer de colon, algunas veces se usa para aliviar el dolor y otros síntomas. Tratamiento para cáncer de recto Para todas las etapas (estadios) de cáncer de recto, la cirugía es el tratamiento más común. Algunos pacientes reciben cirugía, radioterapia y quimioterapia. Algunos con etapa avanzada de la enfermedad reciben terapia biológica. Aproximadamente 1 de cada 8 personas con cáncer de recto necesita una colostomía permanente. La radioterapia puede ser usada antes y después de la cirugía. Algunas personas reciben radioterapia antes de la cirugía para reducir el tumor y otras la reciben después de la cirugía para destruir las células cancerosas que hayan quedado en el área. En algunos hospitales, los pacientes pueden recibir radioterapia durante la cirugía. Se puede recibir también radioterapia para aliviar el dolor y otros problemas causados por el cáncer. Nutrición y actividad física Es importante que usted coma bien y que mantenga la máxima actividad posible. Usted necesita la cantidad suficiente de calorías para mantener un buen peso durante y después del tratamiento de cáncer. Usted también necesita las proteínas, vitaminas y minerales que sean suficientes. La buena nutrición puede ayudar a que usted se sienta mejor y tenga más energías. Comer bien puede ser difícil. A veces, especialmente durante o inmediatamente después del tratamiento, es posible que usted no sienta ganas de comer. Es posible que sienta incomodidad o cansancio. Es posible que usted sienta que la comida no tiene el buen sabor que solía tener. También es posible que usted tenga náuseas, vómitos, diarrea o llagas en la boca. Su médico, nutricionista, u otro proveedor de atención médica puede sugerirle maneras para lidiar con estos problemas. El folleto del NCI Consejos de alimentación contiene muchas ideas y recetas prácticas. Muchas personas opinan que se sienten mejor cuando se mantienen activas. Caminar, hacer yoga, nadar y tener otras actividades pueden mantenerle fuerte y aumentar sus energías. Cualquiera que sea la actividad física que elija, asegúrese de consultarlo previamente con su médico antes de empezar. Asimismo, si la actividad le causa dolor u otros problemas, asegúrese de informar a su médico o enfermera.

Si aún tiene dudas, por favor póngase en contacto con nosotros a info@grupohope.org o en nuestro consultorio al 2522-1000 ext 6005

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